MARIQUITA
SANGRE DE LA MUERTE
Había una vez un caballo saltarín que estaba durmiendo cuando
un ladrón que salió de la nada intentó matarlo con unas tijeras. Las tijeras se
rompieron al matar al caballo saltarín. El dueño del caballo era un niño listo
muy rico y le salía el dinero por la chimenea. Un día, el niño encontró
una chica muy guapa y se casaron.
FIN
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